domingo, 19 de agosto de 2012

Un gran salto para el cine paraguayo



(Publicado por: Andrés Colmán Gutiérrez en ÚH - Sábado 11 Agosto 2012).

El misterio se instaló en las redes sociales mucho antes del estreno de la ópera prima cinematográfica de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori: ¿Qué hay dentro de las 7 cajas que el adolescente Víctor transporta en una desvencijada carretilla por los laberintos del Mercado Cuatro, obsesivamente perseguido por policías y mafiosos?
Aunque varios cinéfilos imploraban que no se revele el secreto (lo que se llama "spoilear", o estropear el misterio), no faltaron los malditos que narraron incluso con morbosos detalles el contenido.
Pero no se preocupen, el secreto no es lo que aparece una vez que las cajas son abiertas ante el gesto de horror de Víctor, como lo verán en pantalla. No. El secreto es más simple, pero esencial: habla de tener un sueño y un propósito en la vida, y dedicarse a cumplirlo con talento, creatividad, honestidad, idealismo, esfuerzo y capacitación constante.
Discutía en estos días con ex colaboradores de Fernando Lugo, porque lamentaban que con su destitución se cortaron interesantes proyectos culturales y sociales progresistas para el país. Les dije que entonces algo estaba mal, porque los procesos de construcción no pueden depender del signo ideológico del gobierno de turno, y puse como ejemplo la ola de limpieza en Atyrá, el seguro comunitario de salud en Fram, la revolución del arte en Tañarandy y el proyecto Sonidos de la Tierra del maestro Luis Szarán, maravillas que se hicieron al margen o a pesar de los vaivenes políticos.
Ahora agrego a 7 Cajas, probablemente la mejor película de ficción que ha dado el cine paraguayo hasta ahora, en un plano distinto al de la también estupenda Hamaca Paraguaya, de Paz Encina, que apunta a un cine más intelectual.
Juanca y Tana esperaron 20 años para filmar su primera película, tiempo en el que no se cansaron de golpear puertas y elaborar otros muchos proyectos, realizar series comerciales de televisión, producir estupendas obras cortas, vivir dignamente de la publicidad, enseñar y aprender.
Uno sale de la sala con la satisfacción de que esta vez nuestro aún precario cine no quedó solo en un buen intento. Película de factura impecable, extraordinariamente localista y a la vez universal, que muestra cómo somos, cómo vivimos, cómo sentimos, cómo hablamos, pero con los códigos de la industria audiovisual moderna y comercial, para volverla competitiva en el gran mercado.
Definitivamente, 7 Cajas marca un antes y un después para el cine paraguayo.

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