jueves, 21 de junio de 2012

Lugo se queda, ¿qué viene ahora?


En contra de los primeros pronósticos, el presidente de la República, Fernando Lugo, ha decidido permanecer en el cargo y afrontar el juicio político al que le someten los principales partidos con representación parlamentaria, lo cual vuelve mucho más complicado y desafiante el crucial momento que vive el Paraguay.
Por un lado, parece evidente que no existen argumentos suficientes para enjuiciar al mandatario, pero pareciera que eso ya no importa: el enrarecido clima instalado tras el trágico enfrentamiento armado entre campesinos y policías en Curuguaty, con su saldo de 17 muertes de compatriotas, y el muy torpe e ineficiente manejo de la crisis por parte del jefe de Estado, ha hecho que perdiera a su principal aliado en el Congreso, el PLRA, y un buena parte de la consideración ciudadana.
Hoy lamentablemente ya no se trata –o sí- de si existen razones para enjuiciarlo, sino de constatar que hay una decisión política con votos suficientes para juzgarlo (y destituirlo) constitucionalmente en el Parlamento, con todo lo impresentable que sean la mayoría de los legisladores. Más allá de que tengan razón o no, los números son contundentes en el Congreso.
Al decidir afrontar el juicio político, Lugo demuestra un destacable gesto de valentía política que no tuvo en otros momentos claves, pero a la vez expone el proceso a un conflicto mayor. Ante el anuncio de las movilizaciones de sus bases sociales y populares, frente a la de quienes también se movilizarán a apoyar el juicio y su eventual destitución, es inevitable que se instale el doloroso fantasma del Marzo Paraguayo, con sus sangrientos enfrentamientos fratricidas, pero también con su épica de gesta ciudadana.
Más allá de los temores y de la incertidumbre, será interesante ver con cuánta madurez y civilización pueden, nuestros cuestionados dirigentes políticos y sociales, y nuestra frágiles y viciadas instituciones democráticas, enfrentar airosamente este momento crucial y decisivo, pero sin duda aleccionador, para el proceso de construcción de ciudadanía en el Paraguay.
A lo largo de nuestra historia, la sociedad paraguaya ha sabido superar momentos difíciles.
Confiemos en que lo podamos hacer ahora de la mejor manera posible, y pongamos cada uno de nuestra parte, para que así sea.

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