viernes, 31 de julio de 2009

El viento de agosto entre las ruinas


Llora el viento de agosto entre las desoladas ruinas.
¡Shsst…! Silencio. ¿Pueden escucharlo…?
Viento rebelde que envuelve los negros muñones de hierro y cemento, que acaricia los restos de irreconocibles objetos retorcidos entre los escombros, rescatando cuatrocientas historias humanas trágicamente interrumpidas hace cinco años.
Viento indignado que se detiene reverente ante el altar de las víctimas, para no apagar las débiles llamitas de las velas encendidas que chisporrotean en el aire húmedo, junto a esos nombres inmortalizados en ajadas fotografías y desgarradas letras de memoria.
¿Pueden escuchar como grita el viento de agosto entre las ruinas del infierno…?
En sus alas malheridas devuelve los ecos de aquel 1 de agosto de 2004, antes de las 11.20 de la mañana, cuando la vida todavía era vida, y la alegría cotidiana estallaba bajo el radiante Sol del domingo en el viejo barrio de Trinidad. Aire poblado de risas infantiles, olor a tallarines caseros y parrillas en el patio. Y aquel supermercado repleto de gente disfrutando de un alegre día en familia.
Y de pronto la explosión sorda… y el mundo que se quiebra en pedazos. Y los gritos, y las corridas, y ¡Dios mío! ¿Qué pasa...? ¡Humo, hay humo! ¡Hay que salir, rápido! ¡Carlitos! ¿Dónde está Carlitos? ¡Mamá, mamá…! No puedo… respirar. ¿Qué pasa, por qué se amontonan todos? ¡Dejen salir! ¡Las puertas…! ¡Están cerradas las puertas! ¡No… nooo…! ¡Abran, por Dios…! ¡Pa… pá… me duele! ¡Abran las puertas, desgraciados…! ¡No… pue… do… res… pirar! ¡Pa… pá…!
Grita el viento de agosto entre las ruinas del infierno.
Cinco años.
Cinco años tratando de curar heridas que ya no pueden sanar. Cinco años tratando de recomponer pedazos de vida fragmentada, buscando la identidad en cada resto u objeto sobreviviente. Cinco años de lucha y encuentro solidario, portando la foto del ser querido como una marca de fuego en el corazón, levantando la memoria herida como bandera de dignidad, buscando razones para la esperanza.
Cinco años de recorrer pasillos de tribunales cual incómodos fantasmas que reclaman justicia para la tragedia criminal más grande de la historia paraguaya. Cinco años de mirarle la cara a la miseria humana convertida en sistema de corrupción e impunidad.
Seamos todos hoy el viento de agosto.
Abracemos a las víctimas y familiares del 1A en una gran cadena de solidaridad que no pueda romper ni el tiempo, ni la soledad, ni la infamia.
Sin justicia no hay paz. Otro Ycuá Bolaños, ¡Nunca más!

viernes, 24 de julio de 2009

Chake avión espía


El avioncito tiene solo diez metros de largo y puede mantenerse más de 20 horas en el aire. No lleva a ningún ser humano a bordo, pues es operado a control remoto por un sistema de datos satelitales de GPS y servomecanismos computarizados. Aún a gran altura, sus potentes cámaras pueden captar desde rostros de personas hasta registros de placas de vehículos. Dispone de binoculares infrarrojos para visión nocturna y capacidad de operar en medio de lluvias o tormentas.
Su nombre en inglés es UAV (Unmanned Aerial Vehicle). En portugués y castellano es VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado). La Policía Federal Brasileña es la primera fuerza policial del mundo que incorpora tres de estos aviones robots espías, del modelo Heron, adquiridos a la Israel Aircraft Industries.
El primero de ellos, que empezará a volar oficialmente este lunes desde el aeródromo de San Miguel del Yguazú, a 40 kilómetros del Puente de la Amistad, tendrá como misión “fiscalizar la extensa frontera del Lago de Itaipú, colaborando para la identificación de puertos y embarcaciones clandestinas, así como depósitos y rutas utilizadas por contrabandistas y traficantes que operan desde el Paraguay”, según la prensa brasileña.
Tanta importancia le da el Brasil a su nuevo juguete bélico, que el propio ministro de Defensa, Nelson Jobin, y el de Justicia, Tarso Genro, estarán en el acto de lanzamiento, en un momento en que la frontera paraguayo-brasileña vive una etapa de tensas relaciones, debido al cerco militar instalado al otro lado del río por los comandos de la Fuerza Alfa y al endurecimiento de controles aduaneros de la Receita Federal, por cuyo efecto las ventas a turistas brasileños en ciudades fronterizas paraguayas han caído en un 80%.
Las autoridades del vecino país aseguran que el avioncito espía solo patrullará su lado de la frontera, y seguramente hay que creerles. Pero ya se sabe que los hermanos “rapaiz” suelen ser algo distraídos, y más de una vez han ingresado con helicóptero y todo a patrullar los barrios de Ciudad del Este, o se han dado alegres paseos con sus tanques militares por territorio paraguayo en la región de Canindeyú.
Como carecemos de radares para detectarlo, no debería sorprendernos que al avioncito espía se le ocurra dar alguna vueltita por cielos guaraníes y capte sin querer algunas escenas poco favorables para la dignidad nacional, como las escapadas motoqueiras del presidente Fernando Lugo, las timbeadas políticas del senador Calé Galaverna, las reuniones populares del gobernador Pakova Ledesma o las dicharacheras fiestas del ex casi embajador Armando Espínola. ¡Chake…!

sábado, 18 de julio de 2009

La guerra de Itaipú


¡Caramba, que coincidencia!, diría Les Luthiers. A pocos días de la reunión entre el presidente brasileño Lula da Silva y su colega Fernando Lugo, para discutir el reclamo paraguayo de renegociar el Tratado de Itaipú, el Brasil despliega a orillas del río Paraná una tropa de combate de la Policía Militar, con helicópteros y lanchas artilladas, y exhibe su nuevo avión-robot VANT, que tendrá como principal misión espiar al Paraguay.
Los “rambos verde-amarelos” de la Fuerza Alfa se presentan con la excusa de declarar la guerra al tráfico ilegal en la frontera. Brasil insiste en que el incesante paso de mercaderías de contrabando, armas y drogas, es culpa del Paraguay, lo cual es una gran mentira. ¿Acaso las lanchas, canoas y balsas que zarpan desde costas paraguayas, se evaporan en el aire al cruzar la mitad del río?
A cada puerto clandestino del lado paraguayo le corresponde otro en la costa brasileña. Con la tecnología y la fuerza operativa de que disponen, Brasil podría destruirlos en un solo día, pero no lo hace, porque gran parte de la población de Foz de Yguazú, Guaíra o Mundo Novo vive de la economía informal del tráfico fronterizo, y cualquier corte brusco producirá graves efectos recesivos.
Pero como necesita ejercer presión política ante la insistencia paraguaya, a cada rato inventa operativos militares o fiscales en el Puente de la Amistad o en el Lago de Itaipú, buscando restar la presencia de “sacoleiros” o turistas brasileños en los comercios de Ciudad del Este o Salto del Guairá. Es decir, se ataca al comercio legal, pero se deja intacto o se estimula aun más el comercio ilegal.
Batalla política o diplomática de David contra Goliath. Nada incomoda tanto a Itamaraty como el clamor paraguayo de que se renegocie el leonino Tratado de Itaipú. Lula ya ha ofrecido de todo: construir el segundo puente sobre el Paraná, pagar la nueva línea de transmisión para la Ande, ahora incluso plantea triplicar el pago por la energía… siempre y cuando no se toque el sacrosanto acuerdo firmado por el dictador Stroessner en favor de la dictadura brasileña.
Se pueden cuestionar muchas cosas al Gobierno de Fernando Lugo, pero su indoblegable insistencia en levantar la bandera de la renegociación de Itaipú es una causa que devuelve dignidad y orgullo a todos los paraguayos. Y el Brasil sería mucho más respetado si reconociere este justo reclamo, antes que amenazar con ejércitos armados o aviones espías en la frontera.

viernes, 10 de julio de 2009

El Puente de la Enemistad


Para quien llega desde Foz de Yguazú (Brasil) a Ciudad del Este (Paraguay), cruzar la frontera por el Puente de la Amistad, sobre el río Paraná, es relativamente fácil.
El tránsito es rápido, el paisaje es lindo, y en el lado paraguayo hay un panorama caótico pero fluido: edificios en reparaciones, aduaneros que no hacen revisiones molestas (a no ser que usted traiga algún cargamento visible, en cuyo caso tal vez le pidan coima para agilizar el paso), y hasta una nueva Policía de Turismo que ayuda con sus orientaciones.
Si usted realiza el mismo cruce en sentido contrario, del Paraguay al Brasil, tendrá inconvenientes: largas y exasperantes colas, en las que permanecerá atrapado por varias horas hasta alcanzar la Aduana brasileña, donde funcionarios de la Receita Federal revisan lenta y minuciosamente las mercaderías adquiridas por los “sacoleiros”. De los seis carriles instalados para el paso de vehículos, normalmente funcionan dos, y a veces uno solo, como si deliberadamente quisieran que el cruce sea un verdadero calvario, y a todo brasileño se le quiten las ganas de venir a hacer compras en el Paraguay.
Ahora, esta situación se agravará mucho más. Desde el 1 de agosto, cada una de las aproximadamente 25.000 personas que cruzan diariamente el Puente de la Amistad, tendrá que registrar su ingreso a territorio brasileño, al igual que la salida. Con la infraestructura actual, significará colapsar totalmente el mayor flujo de cruce fronterizo del Cono Sur.
Brasil tiene todo el derecho a ejercer controles, pero es inevitable ver en esta medida otro intento de Itamaraty para asfixiar al comercio de Ciudad del Este, defendiendo intereses de otros grupos económicos, como los que abastecen el tráfico comercial desde la zona franca de Manaos.
No es cierto que sea una acción a favor de la legalidad, pues cuando más trabas se crean en el Puente, más surgen las peligrosas rutas alternativas, como los puertos clandestinos para el contrabando a orillas del río Paraná y el Lago de Itaipú, cuya existencia el Brasil abiertamente conoce, tolera y estimula (a cada muelle pirata del lado paraguayo hay un equivalente en el lado brasileño).
Es llamativo el silencio o la indiferencia del Gobierno paraguayo. Ciudad del Este, que aporta 500 millones de dólares anuales al fisco, queda solitariamente librada a su suerte ante un nuevo ataque en esto que ya tendría que llamarse Puente de la Enemistad, como si no existiera nuestra Cancillería, ni los foros del Mercosur. ¿Será un castigo político a gobiernos locales de signo partidario diferente, o tan solo otra muestra de la ineficacia o la indolencia del actual Gabinete?

domingo, 5 de julio de 2009

El delito de estar resfriado


Escribo este texto con un tapabocas colocado sobre el rostro. Resulta molesto y me da una imagen algo ridícula, pero a mis compañeros de la Redacción Regional de Última Hora en Ciudad del Este les otorga una sensación de seguridad, la ilusión de que los virus de mi gripe no les llegarán a través del aire, y que de alguna manera eso aleja la amenaza de contraer la nueva peste apocalíptica.
No soy el único culpable. Otras dos compañeras tratan de disimular los síntomas del resfriado, casi con vergüenza de haber contraído la enfermedad estacional. Hay bromas incómodas, temores inconfesados. El eco de cada tos contenida, de cada estornudo sofocado, suena como la comisión de un grave delito social.
Hace apenas dos meses, contraer un resfriado hubiera sido algo tan común, una consecuencia lógica de los cambios climáticos a la llegada del invierno, que en nada hubiera alterado nuestra actividad cotidiana.
Ahora no. Ahora cada gota de secreción nasal es motivo de alarma y casi un motivo de segregación personal. ¡Alto...! ¿Qué hacés aquí? ¡Andate a ver a un médico! ¿Por qué no te internás en un hospital? No pongas en peligro a los demás. No te acerques. No me toques. No me beses. No me abraces. Te quiero mucho, pero es mejor que conserves la distancia.
¿Quién inventó este virus apocalíptico, que incrementa nuestra paranoia colectiva y profundiza nuestro aislamiento individual? ¿Será cierto que el A H1N1 fue incubado en algún siniestro laboratorio, con oscuros objetivos comerciales o políticos? ¿Es tan temible de verdad, o es solo un eco desmedido de los medios de comunicación? ¿Acaso no mueren miles de personas más por culpa del hambre, la desnutrición, la miseria, la violencia, la inseguridad, los accidentes de tránsito?
Será importante combatir a la ex peste porcina con el molesto tapabocas, extremar la higiene con el uso del alcohol en gel y las toallas descartables. Pero será aún más importante combatirlo con la solidaridad, la tolerancia, la creatividad, la amistad y el amor, para que otros peligrosos virus como la soledad, el egoísmo, la indolencia, el individualismo, no se nos metan dentro del corazón y de la carne como la más nociva pandemia.

miércoles, 1 de julio de 2009

La justicia kamba ra'anga


Montanaro vuelve al Paraguay, en silla de ruedas y con tapabocas (Foto: Juan Aguero). Su representación cómica a cargo de los kamba ra’anga de Itaguazú (Foto: René González).


No hubo necesidad de que el enmascarado y folklórico locutor en guaraní nombrara siquiera su nombre.
En la mágica noche de Itaguazú, en las cumbres de la agreste serranía de Altos, los guaikuru y los kamba ra’anga bailan una danza colectiva que evoca antiguos rituales de fuego, al son de la banda koygua, mientras la multitud apretujada en torno a la kancha kora aplaude y festeja cada representación cómica surgida del ingenio popular.
“¡Ahora llega un visitante famoso…! ¡Alguien que seguramente hizo muchas cosas malas en el pasado y que se fue del país cuando las cosas se pusieron bien feas…! ¡Pero aquí está de vuelta con nosotros…!”, exclama en lenguaje aborigen la voz impostada del locutor con máscara de travieso duende.
Entre el murmullo multicolor de la fiesta popular se abre paso una grotesca figura en silla de ruedas, escoltada por otras siluetas igualmente enmascaradas.
Se produce un repentino silencio. Un momento muy breve en que el inconsciente colectivo rescata de la memoria la otra imagen: la original, la que se registró en la madrugada de ese viernes 1 de mayo de 2009, en los corredores del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, cuando aquellas fotografías e imágenes en video le mostraron al mundo que el ex ministro del Interior y victimario mayor de la dictadura stronista, prófugo de la Justicia, Sabino Augusto Montanaro, había llegado sorpresivamente, anciano y enfermo, con la intención de morir en su patria.
No hubo siquiera necesidad de nombrar su nombre. Bastó la caricatura de aquella imagen que se multiplicó en las pantallas de la televisión, en las portadas de los diarios y en los sitios web de noticias.
Aquel anciano de siniestra historia, conducido en silla de ruedas, con un tapabocas que le cubría el rostro, volvía a revivir en forma de farsa por un kamba ra’anga enmascarado, vestido con una tosca túnica hecha de bolsas de tela, trasladado en su silla por otros personajes aun más grotescos, en medio de la hilaridad y los gritos de jolgorio de la muchedumbre, mientras era paseado en una caravana, sometido a estrambóticas caídas, golpes y gritos de burlas.
“Oú jey Montanaro (El regreso de Montanaro)” se convirtió en la representación cómica más celebrada y exitosa en la tradicional fiesta de San Pedro y San Pablo, en la compañía Itaguazú de Altos, durante las noches del 28, 29 y 30 de junio.
En la representación anónima de la comedia popular, con sus identidades difuminadas detrás de las máscaras, los jóvenes pobladores campesinos asumen la corporización de un anhelo colectivo. Y mientras el verdadero Montanaro sigue evadiendo el justo castigo gracias a los resquicios de una Ley que él nunca supo cumplir ni respetar, su otro yo caricaturizado en la leyenda ritual de Itaguazú recibe la condena social de la burla y el escarnio público.
Es la justicia kamba ra’anga.